Pese a lo largo que este año está resultando, la banda extremeña Supertennis nos ha ido regalando pequeñas joyas en forma de canciones (‘Tren explosivo’, ‘Verano’, ‘Pánico’, ‘Cosas simples’ y ‘Lunes cruel’) que nos han llevado hasta finales de septiembre, donde lanzaron su tercer disco titulado Ciudad Quimera que, además de los cinco temas antes mencionados, cuenta con otras cinco piezas totalmente inéditas.
Este nuevo álbum muestra el enorme desarrollo que la banda ha experimentado desde la publicación de su antecesor Mañana, en 2017. Esta evolución es observable en aspectos como las nuevas temáticas que el cuarteto trata en sus letras o en la mayor definición a la hora de utilizar arreglos y melodías, las cuales suenan más limpias que nunca. Pese a lo dicho, estos chicos no han decidido renunciar a lo que les dio a conocer: Sus rotundos estribillos y las guitarras afiladas como cuchillos.
Abel Moreno (Guitarra y voz), Benji Cárceles (Guitarra y coros), Humberto Muñiz (Bajo y coros) y Alberto Gil (Batería) han mostrado su lado más introspectivo en este disco, el cual habla sobre la insaciable y, a veces frustrante, ansia que el ser humano tiene por llegar más lejos, el hastío y la asfixiante monotonía, en un trabajo con reminiscencias a bandas como Los Planetas o La Habitación Roja, cosa que no es casualidad, ya que tras el trabajo de producción está Carlos Hernández, que ha producido a grupos como Deluxe o Triángulo de Amor Bizarro, además de los dos mastodontes del indie nacional antes mencionados.
En definitiva, el mosaico de guitarras supersónicas y parajes siderales que Supertennis ha creado, puede convertirse en ese compañero que a veces necesitamos cuando la hostilidad del día a día nos aprieta y solo queremos que el mundo se detenga durante un segundo. Disfrutarlo en bucle es inevitable.