Eran las 21:00 horas del 25 de agosto. En las intermediaciones de la Plaza de Toros de Alicante, se acumulaban personas con camisetas que ya mostraban que algún artista rockero importante iba a presenciarse durante esa noche. Pues sí, nada más y nada menos, Miguel Ríos venía a Alicante; una leyenda del rock español, un mítico de grandes temas.
Una vez dentro, las luces daban la señal de que comenzaba el show y, como no podía ser de otra manera, Bienvenidos fue el tema inicial. Miguel Ríos aparecía bajo un look totalmente rockero, destacando su chaqueta roja brillante y acompañado de unos músicos excepcionales. Benvinguts hijos del rock and roll nos cantaba el artista, dejando presente que tenía en cuenta Alicante y su cultura. Gràcies, Miguel.
El artista se dirigió a su público, les recordó que hace 41 años estaba de gira en Alicante y que no se olvidaba de la misma. Pidió manos levantadas para aquellos que, tiempos atrás, y una juventud presente, se encontraban en dicho evento. La gente se entregó, la energía vibraba a pesar del calor sofocante que destacaba esa noche.
Un detalle que no queremos pasar por alto es el hecho de que Miguel se despidió de todos los fotógrafos que dejaban el foso. Gracias también por tener en cuenta a aquellos y aquellas que dedican su arte a la fotografía. Nos parece un detallazo.
Miguel Ríos se siente genial, muy excitado, y lo deja patente durante toda la actuación. Esto permite que el público fiel continúe vibrando. El rock and roll corre por las venas de los asistentes y se demuestra porque, en todo momento, el artista tiene coros. Sus temas son bien conocidos por la gente allí presente y se cantan con emoción y ojos brillantes. Qué bonito estar allí viviendo ese feeling de auténticos fans.
En cuanto a la playlist, todos los grandes hits acompañaron la velada. Por una cuestión moral, no desvelaremos el tracklist de manera secuencial. No obstante, confirmamos que Maneras de vivir, Mueve tus caderas, Rocanrol bumerang, Al sur de Granada y Santa Lucía,entre otras, sonaron en la plaza con gran emoción por parte del público.
Pero, no queremos finalizar esta crónica sin mencionar el gran momento: El himno de la alegría. ¿Cómo definir lo que no hay palabras para ello? Qué silencio tan bonito por parte de la gente. Qué electricidad al escuchar todos coreando este HIMNO (en mayúscula) a la vez que aparecía en la pantalla imágenes en contra de la guerra y a favor de un mundo más pacífico.
Miguel Ríos, la canción de la alegría tiene tu nombre. La alegría a secas, también.