Mi presencia en el BBK live, a cientos de kilómetros de Alicante, fue propiciada por una serie de factores. Por un factor, más bien: una de mis tías me regaló las entradas. Pese a la distancia, se trataba de una oportunidad que no podía desperdiciar, y cumplió con creces con las expectativas. Por lo ocioso del viaje no contaba con realizar una crónica. Sin embargo, creo que merece la pena (disculpad la calidad de las fotografías).
Y es que no podría ser de otra manera con un cartel con nombres de talla internacional como The Killers, Supergrass, Pet Shop Boys, Nathy Peluso, Bomba Stereo o Stromae. Tampoco defraudaron clásicos nacionales como Lory Meyers, quienes volvían al escenario del monte Kobetamendi 10 años después, o nuevos influyentes como Carolina Durante. También se creó gran expectación alrededor de la actuación de Rigoberta Bandini tras el anuncio de su retirada de los escenarios; esta sorprendió con la interpretación en directo de ‘Así Bailaba’, junto a Amaia.
En lo extra-musical, la organización fue impoluta. El proceso de recogida de pulseras fue enormemente ágil y, aunque, algunas dieron problemas con la recarga, se recompensó a los usuarios con crédito extra. Los buses lanzadera al recinto cubrieron con creces para subir a miles de personas y se habilitó la reserva previa de plazas en los mismos. Las colas en los accesos y las barras no existieron y se habilitó el suministro ambulante de cerveza en los escenarios. Por si fuera poco, la ciudad de Bilbao se volcó con el evento en todos los aspectos y los asistentes gozamos de descuentos en algunos locales y museos de la ciudad.
Todo esto en un fin de semana en que, por lo que mostraban mis redes sociales de confianza, el país entero se ha ido de festival. Han coincidido en fechas (y en algunos artistas) el Madcool Festival (Madrid), el Festival Cruïlla (Barcelona) o el Bigsound (Valencia), entre muchos otros. Sin lugar a duda el formato de gran festival está en auge, aunque de esto ya hablaremos en un artículo próximo.