Crónica de Ladilla Rusa en Noches Mediterráneas
14 de agosto de 2020
Hace poco Macaulay Culkin anunciaba, de forma cómica, su 40 cumpleaños en Twitter, haciendo sentir mayor a toda una generación, tal y como él exponía literalmente en su tweet. Y es que, si has visto Solo en casa más de cinco veces en tu vida, no es difícil que al escuchar por primera vez Macaulay Culkin, la canción más famosa de Ladilla Rusa, la marcaras como preferida en tus futuras fiestas y eventos sociales.
Ladilla Rusa es una de esas bandas que recalca todo lo que más recordamos en nuestra generación, aquello que, bien fuera preciado o tedioso, se nos ha quedado grabado en la memoria. Desde Kitt, hasta las clases de latín (¿quién no ha declinado hasta el nombre de su perro?), pasando por los típicos comercios “Chucherías Mari: un poquito de tó”.
Pero Ladilla Rusa no es solo el grupo de una generación concreta, pues también es una de esas bandas que llama la atención, que necesitas escuchar una y otra vez, tanto por sus ritmos pegadizos como por las letras hilarantes sin obviar el componente crítico – social.
Y es que, bien quedó plasmado todo lo comentado el día 14 de agosto, en el puerto de Alicante, cuando Ladilla Rusa movió a todo un público de diferentes edades que buscaba pasarlo bien junto a Tania Lozano y Víctor Fernández. Y vaya si lo pasamos bien, pues Ladilla Rusa no se centra únicamente en interpretar sus temas en directo, sino que hacen partícipes al público, hilan todos sus temas con un previo monólogo o discurso de toque social, así como animan con sus bailes y versiones de canciones a todo el público asistente.
Los dos artistas no dejaron casi ninguno de sus temas sin interpretar, incluso repitieron el aclamado Macaulay Culkin, versionándolo con otros personajes célebres y ocasionando gran diversión y risas. Princesas, macarrones pop, BEBO (de bar en peor) o Kitt y los coches del pasado también fueron de las más vitoreadas entre el público. Tampoco faltó la crítica a la sociedad machista y el reclamo de conseguir una sociedad más feminista y más equitativa.
Por último, solo queda mencionar que, ante una situación anómala y cargada de cancelaciones musicales, disfrutar de una banda tan divertida y a la vez con un show tan preparado es una auténtica gozada. Por no hablar del entorno marítimo, al aire libre y con la suficiente distancia de seguridad que otorgaba tranquilidad al público asistente. “Al menos estamos aquí y no en una plaza de toros” proclamaba Víctor, al hablar de la situación actual.
En definitiva, ¡viva Ladilla Rusa y los calzoncillos UOMO del mercadillo! (Guiño dedicado a todos los que estuvieron allí presentes…)