Diario de un músico en cuarentena
Las aglomeraciones, fiestas y eventos de todo tipo son el hábitat natural de los músicos. En estos espacios, en directo, comparten su música y disfrutan del calor del público, sacando lo mejor de sí mismos. Es en esta atmósfera cuando los grupos crecen, se dan a conocer o se encumbran, tal y como hiciese Santana en el Festival de Woodstock del año 1969 delante de casi medio millón de personas. Por desgracia, esta gran afluencia de gente ha hecho, a su vez, que el sector musical sea uno de los más castigados. En este artículo, os daré el punto de vista de un músico en cuarentena.
Cambio de planes
Seguramente nuestro lector esté pensando en la cancelación de festivales o en el aplazamiento de tantos y tantos conciertos que iban a abarrotar las salas esta primavera. Sin embargo, estos son solo la punta del iceberg. Nos olvidamos muchas veces de los músicos de bandas, charangas, big bands, orquestas, grupos de versiones, batucadas y tantas otras agrupaciones.
«Solo hay una cosa mejor que la música: la música en directo.» – J. A. Bukowski
Quien frecuente el gremio, será conocedor de la apretada agenda de estos músicos en la temporada primavera-verano: desfiles de Semana Santa, Moros y Cristianos, carrozas, romerías, conciertos, pasacalles, verbenas, Fallas, Hogueras… Entonábamos todavía las últimas estrofas del “carnaval, carnaval, carnaval te quiero” cuando veíamos el virus como algo lejano, algo que no podía truncar todos estos planes; ¡cuán equivocados estábamos!
Pese al giro de los acontecimientos, los artistas han puesto Banda Sonora al confinamiento. Desde el famoso y odiado «Resistiré» a «Paquito el Chocolatero». Con sus sonidos han transportado todas estas celebraciones pospuestas a nuestras calles, balcones, móviles y tabletas. Han realizado un esfuerzo contracorriente por regalarnos ese trocito de fiesta y alegría, improvisando agrupaciones virtuales y directos de Instagram (que ya se cuentan a miles), con medio caseros e incluso profesionales.
Y… ¿ahora qué?
En los últimos días, vemos como muchas zonas de España avanzan de fase y la luz al final de este túnel del terror comienza a vislumbrarse. Sin embargo, la nueva normalidad será de todo menos normal para todos los músicos y, seguramente, las salas, desfiles y festivales aún están lejos de abarrotarse. Por ello, cuando la música en directo vuelva a nuestras vidas, os animo a fomentarla y apoyarla como nunca.
Firmado: un músico en cuarentena.
Daniel Díaz Lajara