Crónica del concierto de Smoking Souls en la Sala Stereo 14.02.2020
Entré a la sala con la emoción de un niño de ocho años, pero manteniendo una actitud crítica y serena.
Todo esto se mantuvo hasta que Smoking Souls interpretó “L’últim Ball” y “Fera”. En ese momento, me encontré a mí mismo cantando a voz en grito y saltando sin parar. Pero, como dijo Jack el destripador, vamos por partes.
Al principio, el grupo Entreparèntesi, cuyo cantante es hermano del frontman del grupo principal, se encargó de subir las pulsaciones y dejar los latidos preparados para sus compañeros de Pego.
Unos riffs con pegada y una batería muy contundente con un sonido muy metal fueron los causantes de lo anterior. A pesar de ello, el poco volumen del micro y las desafinaciones alarmantemente presentes en una cantidad poco aconsejable, hicieron que desviara mi atención y comenzara a pensar en mis cosas.
Terminaron, los técnicos lo prepararon todo y comenzó: aquella Gibson Firebird en manos de Carles Caselles, el cantante, acompañada por una preciosa Fender Jazzmaster que sonaba como los ángeles en manos de Pau Camps, el guitarrista líder. Los juegos entre estos se sucedían al más puro estilo hard rock. Esas distorsiones, esos arreglos tan potentes en partes instrumentales, esa batería que variaba entre el rock, el indi o incluso el punk (utilizando la mítica técnica de caja a tierra). Una conjunción que hizo que mi músico interior saliese de allí extasiado.
Además de presentar sus nuevas canciones, recogidas en el neonato “Traslúcid”, recordaron antiguos temazos como los mencionados al comienzo de esta crónica. La fuerza que desprendían invadía cada poro de tu piel y te llevaba donde quisieran llevarte.
Para finalizar, cabe mencionar su puesta en escena. Sencilla, sobria pero con un saber estar y una compenetración que creaba un muro impenetrable. También resaltaré la tela que tenían de fondo, francamente sorprendente, explicaré por qué. Estaban sobre ella dibujadas tres ilustraciones distintas con tintas de diferente color. Al cambiar el tono de los focos, una desaparecía y daba paso a la otra, creando la sensación de tener una pantalla detrás.
En resumen, los Smoking Souls son como fueron en su día los Héroes del Silencio. En las grabaciones de los discos, su estilo se defiende claramente y los detalles que posee cada canción pero, en directo, el rock & roll sale al escenario y toma posesión de las guitarras, el bajo y la batería.
Sin duda alguna, un directo imprescindible.
– David Navarro –
Espere que aquest no haja sigut l’últim ball!!!!