En mayo de 2021 se celebró la LXV edición del festival de Eurovisión en los Países Bajos, y resultó ganadora la canción Zitti e buoni, de la banda italiana Måneskin. La fama del grupo de rock italiano formado por Damiano, Ethan, Victoria y Thomas se disparó automáticamente, y en junio del mismo año ya eran más escuchados en Spotify que los Beatles. La música italiana no había logrado extenderse tanto a lo largo del globo desde Enrico Caruso, y también en nuestro país se popularizó, no solo la canción ganadora de Eurovisión, sino la discografía entera del conjunto.
El Rock italiano más allá de Måneskin
El artículo que estás leyendo es el primero de una serie de reseñas con las pretendo acercar al público de Música Zero al rock italiano más allá de Måneskin: Verdena, Afterhours y Marlene Kuntz fueron mencionados por los integrantes de la banda como influencias nacionales. Empecemos con Verdena y echemos un vistazo a su álbum “Il suicidio dei Samurai”.
“Il suicidio dei Samurai” salió a la luz en 2004, y es el tercer álbum de estudio de la banda
Verdena, formada en Albino (Lombardía) por los hermanos Alberto y Luca Ferrari. Desde sus
inicios, la formación se acercó al sonido grunge y saltaron a la fama desde el primer LP,
titulado igual que la banda, “Verdena”, y gracias al tema Valvonauta, cuyo videoclip fue
producido por la MTV y convertido en un himno de la juventud italiana como si de Smells
Like Teen Spirit se tratara.
“Il suicidio dei Samurai” se adentra en el sonido grunge (el título del álbum es una referencia al tema Suicide Samurai, de la primera banda del legendario Kurt Cobain, Fecal Matter (1985-1986)), el noise estilo Sonic Youth y el rock alternativo.
Emociones en estado puro: análisis del tracklist
Del disco se podría decir que, en él, Verdena consigue establecer un equilibrio entre los
diferentes caracteres de la banda, y presenta un sonido que encuentra en el aura onírica que
envuelve el álbum una armonía entre la agresividad y la melodiosidad.
Logorrea
La primera canción del álbum es Logorrea, (que puedes escuchar en el vídeo de arriba mientras lees el artículo) que presenta, de entrada, un estilo que no le teme a los cambios de ritmo y melodía, con una batería machacona y un riff hipnótico. Es un anuncio de lo que nos espera en el resto de pistas.
Luna
Le sigue Luna, tema con pronunciados cambios de dinámica que exprimen toda expresividad posible a base de oscilar entre la distorsión y el grito, por un lado, y el arpegio y el susurro, por otro. La voz de Alberto Ferrari se pone a prueba rola tras rola y demuestra su personalidad y versatilidad.
Mina
El tema siguiente, Mina, sumerge al oyente en un crecendo melódico que concluye en solo de guitarra y una instrumental explosiva.
Balanite
Balanite, a continuación, es una genial pieza sin tapujos, de guitarras envolventes y estructura muy satisfactoria, sobre la libido perdida.
Glamodrama
Glamodrama destaca entre las últimas canciones del LP: ritmo marcado y bajo imponente con los que se consigue un ambiente de calma interrumpido por guitarras agresivas y sucias, que concluyen en un arpegiado sobre el teclado, como abriendo otra canción dentro de una canción que parece no terminar nunca, porque Verdena no le teme a la experimentación.
Los últimos temas del disco no dejan de dar la sensación de que habrían podido ser mejores si se les hubiera prestado más tiempo, eso es cierto. No es menos cierto, sin embargo, que siguen en la tónica del álbum:
envolventes y oníricos, podría decirse, gracias al uso que la banda hace de las guitarras distorsionadas y los teclados, y no dejan de ser buenos temas coherentes con el resto del álbum.
El álbum es muy bueno en su totalidad y de escucha más que recomendada. Damiano ha
tarareado el estribillo de Mina en algún momento, estoy seguro. Verdena: “Il suicidio del
Samurai”. El mes que viene, más.