El pasado sábado 9 de octubre se inauguró una nueva fase en lo que a espectáculos musicales se refiere y los encargados de celebrarlo por todo lo alto fueron los madrileños Ankhara, junto a la banda local Dagorlath.
En efecto, la nueva disposición de la Comunidad Valenciana permite al fin el baile de pie para este tipo de actuaciones, siempre con mascarilla y respetando la distancia de seguridad entre no convivientes. Traducido: una primera fila de público entregado sacudiendo sus cabezas y con los brazos en alto.
Dagorlath
A las 22:00 sale al escenario Dagorlath para calentar el ambiente. El grupo de Elche se presenta mientras suena su intro Mellon y se prepara para enganchar con su éxito Inmortal. Tras Cenizas, el carismático Dani (voz) presenta el disco y continúan con La caída de Numenor y Mithrandir. La banda se despide e interpreta Hoy debes luchar antes de salir del escenario. Tras un pequeño parón de apenas un minuto se escucha El destierro de los dragones y aparecen de nuevo en el escenario para acabar por todo lo alto con Llanto de fuego, canciones que cierran su disco Última alianza.
La banda, de una calidad consolidada en sus más de 10 años de trayectoria, dejó muy gratas sensaciones con su estilo power metal clásico, con un sonido actual donde destaca el uso del doble pedal de José Antonio y el estado de forma de su vocalista.
Ankhara
Es entonces el turno de Ankhara. A las 23:00 aparecen e instantáneamente hacen suya la sala con unos fans que se les vienen encima aprovechando la posibilidad, recuperada, de levantarse de sus asientos para disfrutar de la experiencia al completo. Suena una intro mientras se ponen en sus puestos y empiezan su concierto con el tema Lentamente, de su último disco, Premonición, lanzado este mismo año.
Tras romper el hielo, recuperan Un paso más y Demasiado tarde, esta vez de su primer disco: Dueño del tiempo (1999). Le siguen Sueña y 3:40. Interpretan Huida, single de Premonición, con la que demuestran por qué son reconocidos como unos de los grandes grupos del heavy español.
Dejan sonar la introducción de Océanos de lágrimas para sorprender con Esperando en la eternidad. Sigo en pie, Jamás, No digas nunca y su primer gran éxito: No mires atrás.
A estas alturas, si no es por las mascarillas de los asistentes, nadie se acordaría del coronavirus. Puede que eso sea la nueva normalidad. En cualquier caso, después de tanta caña y tanta gente dejándose el alma, Ankhara no da tregua y continúa con la poderosa Ayúdame. Finalmente, se lucen con Levantar mi alma y se marchan dejando los instrumentos en su sitio para tomar fuerza en el tramo final, donde nos esperan Hasta el fin y, como no podía ser de otra forma, terminan con Acordes mágicos.
Y todos tan contentos. Un grupo tan querido haciendo una demostración de profesionalidad y metal de primera línea durante 1 hora y 40 minutos. Un concierto irrepetible que nos ha ayudado a salir un poco más del pozo cultural en el que nos encontrábamos y que demuestra que la música sigue y cada vez con más fuerza.
Nos consta el grandísimo esfuerzo de la sala Babel para salvar este concierto, y nos sumamos a las palabras de ambos grupos para agradecerles su rápida adaptación a las nuevas medidas COVID.
Os dejamos con la galería completa del concierto. Fotos por miriamgafoto