Como una estrella que brilla con luz propia, María Rodríguez Garrido, La Mala, nos deleitó con un espectáculo totalmente diferente al que nos tiene acostumbrados. Sí, si a tus 42 años eres capaz de emocionar a un escenario abarrotado tan solo con tu voz y una guitarra, pues se dice y punto. Y es que eso fue exactamente lo que sucedió el pasado 14 de marzo desde el Auditorio de Muelle 12.
Conmemorando los 20 años de “El Lujo Ibérico”, la jerezana tiró de todo su salero para, desde la comodidad de una silla, poner al auditorio de la Muelle 12 a cantar y vibrar con sus canciones. Incluso los “más puristas” del estilo que ha definido a La Mala durante su carrera (como por ejemplo, mi nueva amiga Ofelia –no es su nombre real, me ha dicho que prefiere mantenerse en el anonimato-) podrían haber esperado un espectáculo al más puro estilo “Mala”, con bailes infinitos, luces, una banda; pero nada de esto ocurrió, y, aun así, disfrutaron de esta forma distinta de demostrar su arte sobre un escenario.
Haciendo gala de un repertorio amplio de recursos sobre el escenario, la actual gira no es nada más ni menos que un concierto Unplugged digo de los mismísimos Pearl Jam o Nirvana. Es de agradecer que sea así, ya que, teniendo en cuenta que el público no se puede levantar de su silla, ver a La Mala dándolo todo encima del escenario, lo único que podría conseguir es dejarnos un mal cuerpo, más del que ya tenemos por no poder estar dando botes y coreando a viva voz sus canciones sin los bozales que, lamentablemente tenemos que llevar.
Finalmente, como siempre, nada que objetar a la organización del evento. Todo fue sobre ruedas, sin ningún tipo de percance que podamos reseñar, por lo que no nos queda nada más que agradecer el esfuerzo realizado a todo el equipo y deciros, hasta la próxima.