La jornada del sábado también fue destacable por la lluvia, la cual hizo que el inicio de las actuaciones se retrasara más de una hora y que los diferentes grupos tuviesen que recortar en tiempo durante sus apariciones.
Los encargados de inaugurar la tanda de conciertos fueron Polos, un grupo alicantino que realmente merece la pena pararse a escuchar. Tienen una puesta en escena eléctrica, con sonidos atrevidos y letras cuidadas que hacen que no podamos evitar mover el cuerpo a su compás. Les auguramos un futuro prometedor.
A continuación, disfrutamos de la actuación de Embusteros. La banda Cordobesa no dejó indiferente a nadie. A pesar de la confesión de resfriado del cantante, lo dieron todo sobre el escenario, ofreciendo con un show muy enérgico que animó al público durante su concierto a prepararse para los siguientes. Sonaron temas tan conocidos como “El Miedo” o “Coartada” con las que las sonrisas de los asistentes anunciaban una noche festivalera perfecta.
Quienes siguieron poniendo a tono el ambiente, fueron la banda eldense Olivia, que con su característico y pulcro sonido hicieron bailar a todo el recinto, cada vez más lleno. Podremos disfrutar de sus actuaciones también en el festival EMDIV o el renombrado Sonorama Ribera (Burgos).
Los siguientes en tocar fueron Julieta 21, quienes ofrecieron diversión con su enrome vitalidad, y esto significó el camino perfecto hacia la siguiente actuación.
DePedro fue el encargado de crear un clima absolutamente festivo y mágico. El buen rollo del grupo fue trasladado por completo hacia el público y el baile de Jairo Zavala (el cantante de la banda) inspiró a más de uno a arrancarse a no dejar de moverse durante todo el concierto, incluso, Martin Bruhn (batería de la banda) abandonó por unos minutos su instrumento para “pegarse unos bailes” con el público. El grupo repasó su discografía con algunos de sus temas más destacables, entre los que sonaron “Nubes de Papel”, “Llorona”, “Déjalo Ir”, entre otros. Su sonido perfecto, del cual tenemos que destacar los solos de cada uno de los músicos, llevaron al público a querer más y más de una actuación que a la mayoría se le hizo corta debido a su genialidad.
Después de la maravillosa actuación de DePedro, le tocó el turno a Shinova, otro de los platos fuertes que ofrecía el festival en su segunda jornada. Los de Berriz salieron a darlo todo sobre el escenario. Gabriel de la Rosa, el cantante, sigue destacando por su enigmática voz y una expresividad en las manos que hacen que algunos en el público se queden embobados, simplemente observando estos movimientos y escuchando cada sílaba que sale de su garganta, las cuales se mezclan con un sonido instrumental absolutamente cuidado. Su show acabó con la banda saludando y agradeciendo al púbico, mostrando su gran carisma y simpatía hacia el mismo.
Los siguientes en actuar fueron Fuel Fandango, que con su mezcla de base electrónica y el flamenco de Nita (la cantante), tanto en su voz como en sus movimientos, hicieron vibrar el recinto del Elche Live hasta su última nota. La estética más que cuidada, tanto en su vestuario como en las luces elegidas, (destacando el negro, rojo y blanco como sello de la banda) y la fusión del castellano con el inglés en sus temas, que hacen de sus espectáculos un torbellino de estilos, culturas e idiomas que llevan al público a mover el esqueleto sin parar entre sonidos contrastados y que hacen de esta mezcla una explosión coherente.
El encargado de poner el broche final a la 4ª edición del Elche Live fue Chimo Bayo. El valenciano se presentó encima del escenario con un vestuario muy llamativo compuesto de luces LED que se iluminaban al ritmo de la música. Trasladó a aquellos que seguían con ganas de más a lo más profundo de los años 90 haciendo sonar temas tan icónicos como “Éxtasi, extano” o “Así me Gusta” mientras dejaba los mandos para interactuar con el público mediante un micrófono.
En definitiva, asistimos a una jornada de festival marcada por la lluvia (al principio), que hizo que todos los conciertos sufriesen un retraso en su inicio, pero no quedó en mal mayor, pudiendo disfrutar de cada uno de los grupos y de un ambiente muy familiar que hace del Elche Live un festival genial para aquellos que desean conocer nuevos grupos, pero también disfrutar de aquellos artistas consolidados desde hace años, pasando por grupos que están en lo alto del panorama musical actualmente.
Esperaremos la siguiente edición con muchas ganas!