Eugenio Izquierdo abrio la noche con metal progresivo a base de guitarrazos. Cain’s Dinasty entro rapido al escena. Fue una conexión rápida entre la banda y el escenario. Nos hicieron calentar la voz antes de empezar, practicando nuestros mejores gritos. Comenzó fuerte y eso fue bestial. El público pedía más y ellos daban mucho más, pero el público pedía machismo más y ellos daban aun muchísimo más. Cain’s Dinasty logro lo que pocos pueden conseguir que en un concierto de metal que no se pueda mover nadie, llego a tal punto de estar lleno el local que se hacían cambios para estar delante. Yo me encontraba en la primera fila, casi podía sentir el sudor, las cuerdas de la garganta del vocalista a punto de explotar, los graves y los bajos. Solo existían dos movimientos esa noche hacia arriba o hacia arriba. Músicos integrados, público entregado y cerveza por todos lados. Cain’s Dinasty nos regalo un pequeño adelanto de lo que será su nuevo trabajo, fue un legendaria en un pequeña gran sala llamada Sala Marea Rock.