La música transmite emociones. Nos da valor, energía; nos pone melancólicos, permite evadirnos o nos focaliza; nos procura recuerdos a los que podemos regresar. Por eso, más allá de la técnica, me gusta centrarme en lo que hace especial a una canción, a una banda, y quiero compartirlo. Y reflexionar sobre ese bagaje musical que, si nos cala, nos acompañará por el resto de nuestras vidas.