La ciudad de Alicante fue testigo de una jornada musical inolvidable con un cartel que reunió a artistas de gran peso y una audiencia totalmente entregada desde el inicio hasta el último acorde.
La apertura estuvo a cargo de Safree, quien inauguró la velada con una propuesta que combinó fuerza, sensibilidad y mucho carisma. El público quedó atrapado por su presencia escénica y su conexión con las raíces locales, dejando el listón bien alto para lo que vendría.
Le siguieron los hermanos argentinos Airbag, que desplegaron toda su potencia rockera sobre el escenario. Con una mezcla de actitud, y esa argentinidad que contagia. El sol caía sobre Alicante, y con él, la temperatura subía también en el ambiente: el calor fue tanto físico como emocional. Temas como “Cae el sol” o “Por mil noches” resonaron con fuerza entre los asistentes, que respondieron con ovaciones y coros multitudinarios.

La nostalgia y la energía ochentera llegaron de la mano de Duncan Dhu, que volvieron al escenario con una fuerza renovada. Su show fue una descarga de emociones que recordó por qué sus canciones marcaron a toda una generación. Con una ejecución impecable y un repertorio cargado de clásicos, demostraron que el tiempo no ha hecho más que fortalecer su propuesta.

Pero sin duda, el momento más esperado de la noche fue la llegada de Maná. Después de una década sin visitar Alicante, la banda mexicana volvió a reunirse con su público en una celebración repleta de momentos memorables. Interactuando en todo momento con ellos, desde el primer tema, lograron una conexión inmediata y profunda: miles de voces coreando, saltando y emocionándose con cada canción.

Fher Olvera, visiblemente conmovido por la respuesta del público, no dudó en expresar su gratitud: “¡Con este calor que hace, ustedes están con toda la energía!”. Canciones como “Rayando el sol”, “Vivir sin aire”, o “Labios compartidos” provocaron una oleada de emociones, con una audiencia que no bajó la intensidad ni un segundo.

El regreso de Maná fue mucho más que un concierto: fue una experiencia colectiva, un reencuentro entre artistas y seguidores que llevaban años esperando este momento. Una noche cargada de recuerdos, pero también de presente y futuro, donde la música fue el hilo conductor de una celebración inolvidable.




