Otro concierto más en el Área 12, esta vez para decir adiós a este agosto tan musical y decir hola al nuevo septiembre. El pasado 28 de agosto Leiva y su banda vinieron a rociarnos de su buen rock-pop en su Tour Cuando te muerdes el labio. Mucha gente esperaba ansiosa antes de la hora de puertas abiertas para conseguir la mejor vista del espectáculo. Parafraseando a el propio Leiva, se podría decir que todo el mundo estaba “Histéricos de felicidad”.
Antes de empezar el concierto de Leiva pudimos disfrutar también de la cantante argentina Ainda, escuchando de su repertorio: Primavera, Rompecabezas o Recuerdos de Ypacaraí; y que, a su vez también le acompaña al ex de Pereza en su show.
Una vez terminado de telonear, cuando faltaban quince minutos para que empezara él espectáculo, en la gran pantalla que hay sobre el escenario se formó una cuenta atrás volviendo al público más histérico todavía. Familias, parejas, amistades y gente solitaria estaba preparada para un viaje al espacio del corazón, profundizando en cada uno de sus recuerdos.
La gente gritaba la cuenta atrás y el primer sonido acompasado de batería guitarra y bajo resonaron en todo el recinto, acompañado por supuesto de los primeros gritos y las frases de Terriblemente cruel: “Se me está secando la imaginación/ Me pasé de largo, puse el corazón/ Seguiré mientras tú te decides arrancar”. Después le siguieron otras canciones como: La lluvia en los zapatos, Infinitos o su ya clásica e imprescindible Animales:
“Cómo quisiera tenerte, besarte entre la frente / Amarte, en parte, porque eres todo arte”.
Luego, el show avanzó sin ningún tipo de problema, pero si con una increíble Guerra Mundial de gente con ganas de quedarse afónica y es que esa Hermosa Taquicardia que te sorprende en esos momentos solo lo puede remediar un botiquín de Breaking Bad, Sincericidio y también, canciones de su último disco, como Flecha, a la que yo personalmente le tengo mucho aprecio — “Hoy no voy a pararme a pensar / solo quiero dejarlo correr” — y que con esos toques de música disco Leiva nos iba animando con ciertos bailes con mucho flow.
Más tarde, mientras la gente iba refrescando sus bocas con ciertos licores entre canción y canción, paramos en la avenida de la Estrella Polar haciendo transbordo en Como lo tienes tú, sin olvidarnos de pasar el tiquet para ver a Godzilla y sentir esa verdadera Llamada. A lo largo del show vimos como la pantalla que mencionaba antes generaba imágenes de todo tipo durante las canciones, algunos videoclips o cortos, imágenes del publico desde arriba viendo una gran masa de lava deseosa de saciar su hambre musical y además, primeros planos de los integrantes de la banda.
También, hay que mencionar, una anécdota que contó, cuando vino por primera vez a Alicante con Pereza, allá por el año 2000 en una antigua sala del puerto: La historia es que como no tenían “ni un puto clavo ”, un profesor de filosofía le ofreció su casa gratis a modo de estancia. Leiva nos contó eso a todos, porque quería darle preferencia a, que lo bonito de las giras no es viajar sino a las personas que te encuentras por el camino, y con el tiempo se convierten en amistades muy valiosas.
Para terminar, finalizó el show con canciones que todo el mundo se sabe, haciendo al público fluir sin ningún tipo de esfuerzo y lanzándonos hacia él Como si fuéramos a morir mañana. Sin embargo, siempre aparece una Lady Madrid que te saca una sonrisa y hace que te vayas del concierto levitando hacia la cama y olvidándote de si esta semana se acababan tus vacaciones.
Por poner algún pero, hay que decir que se podrían echar de menos canciones como:
Nuclear, El último incendio, Medicina, Pólvora, La mirada Perdida, Nunca nadie y alguna más de un repertorio que cada vez es más grande y que como dijo él: “Cada vez es más difícil hacer tijera, y me gusta, de alguna forma, sacar a la cantera al campo” (refiriéndose a las canciones más jóvenes). No obstante, el concierto fue satisfactorio para todo el mundo, la organización fue de diez y solo queda esperar otro concierto de Leiva y también, otro que nos ofrezca el Área 12.
Texto y fotografías cortesía de @legnaph