Sobre la canción
Agosto (Ocean Drive) es una canción delicada y llena de matices y nace de algo tan sencillo como echar de menos un lugar en el cuerpo del otro. Es una oda a la nostalgia en sí misma: las luces, el viento en la cara, la sensación de vivir el milagro de volver.
Ocean Drive es la avenida más famosa de Miami y es un lugar bien conocido por Sara Canciller. Además de ser la calle más característica de la ciudad para ella significa el verano infinito, los neones y el art decó. Sus años en la ciudad han convertido este punto en «esa nostalgia» con sabor controvertido y agridulce.
En este adelanto de Golpe de Estado, el EP de debut de Canciller, encontramos la elegancia que caracteriza el sonido de esta artista a través de una canción que despliega un hermoso in crescendo, llenándose de capas y referencias sonoras que acompañan a una melodía que escuece en nuestras propias fragilidades.
En este tema además volvemos a encontrar la producción de Raúl de Lara (Second, Varry Brava, Kuve, Arde Bogotá…) y de David Lozano (guitarrista de Second), así como la colaboración en la producción de Fran Guirao, Nando Robles y Jorge Guirao (batería, bajista y guitarrista de Second).
La canción viene acompañada de un videoclip dirigido por Marcos Bañó (Baja Fidelidad Producciones) en el que se plasman todas las cualidades sonoras de Canciller: la querencia por la nostalgia pop, la elegancia, la delicadeza y esa sensibilidad hedonista que tanto representa esta artista. La luz, el color y la sensualidad son protagonistas de esta pieza visual que nos ayuda a comprender mejor el universo Canciller.
Canciller: la historia de una vuelta a casa
Cuando hablamos de Canciller, lo hacemos del proyecto en solitario de Sara Canciller, ex lideresa de la desaparecida banda Papá Canciller que fundó en 2014 junto a su hermano el escritor Iván García Sánchez y que contó con una modesta pero reputada presencia en la escena valenciana. Tras unos años trabajando en Florida (EE.UU), Sara decide volver a su Valencia natal a componer para satisfacer sus pulsiones artísticas: canciones con melodías sinuosas, letras potentes y una reminiscencia pop ochentera con brillo y lentejuela, pero con un aire melancólico dream pop.
Canciller demuestra aquí su madurez y su dominio compositivo, escribiendo canciones desde la experiencia tras 15 años trabajando en el underground de la música, y habiendo decidido da un paso adelante al mostrarse ante el público con este trabajo ambicioso, cuidado y que guarda una suerte de viaje hacia ese lugar en el que se deja atrás el miedo a la crítica, al juicio ajeno y en el que se empieza a controlar el «síndrome de la impostora».
Canciller es, en definitiva, una artista que nos recuerda a artistas como La Bien Querida o Zahara, pero que bebe de influencias como Fleetwood Mac, Björk, Cat Power, Feist o PJ Harvey. Una propuesta con sonido pop, una voz dulce y personal, historias sinceras y la experiencia de una mujer que busca su espacio en la industria.