El single será lanzado por todas las plataformas de streaming a partir 2 de abril de este curioso año 2021. No es sólo una creación al azar.
Es un compromiso, un himno para recordar constantemente que la tierra nos contiene, nos protege, nos comprende, nos ayuda a comunicarnos de mejor forma con la realidad, con nosotros mismos y con todo nuestro entorno. Nos recalca que somo sus hijos y, en tanto tales, sólo por el hecho de estar aquí dedicando estas palabras, debemos darle gracias por la fuerza interminable e insondable que nos brinda día a día. Es nuestra madre en toda la extensión de esa palabra tan fuerte y definitiva: nacemos y volvemos a ella.
Este trabajo fue compuesto, en un comienzo, únicamente con la voz de la autora y su interpretación paciente de cuatro venezolano. Junto al productor Claudio Concha Chau generó, posteriormente, un estilo pop folk. Instrumentos acústicos y electrónicos aportaron una ambientación colorida y fresca cuidadosamente confeccionada, echando mano a un cálido bajo y a una batería muy sutil. El cierre perfecto lo brinda la firme, sincera y dulce voz de Jade Águila.
Jade Águila comentó después de una larga conversación: “compuse esta canción hace algunos años, en un momento de caos en el entorno que se reflejaba tanto en mi interior como en el exterior, y en un encuentro profundo y en conexión junto a un fuego encendido a orillas del humedal de Mirasol, en Algarrobo, se me revelaron las palabras que la tierra misma decía en mí, a saber, ‘tú sabes sentir, crear la realidad, acción para sentir que conecto con la tierra’”.
La Fuerza es una comunión de sonidos que comunica la mejor forma con la que podemos comunicarnos con la realidad y con todo el entorno: la naturaleza. Es un himno para recordar constantemente que la tierra nos contiene, nos ayuda y nos comprende, pero también es un gracias, gracias y gracias a la tierra y a la fuerza que podemos generar para realizar nuestra vida. Nos recuerda que estar hablando aquí y ahora es un milagro, un regalo, un privilegio. Nos recuerda que nada más importa que enfocarnos en cada respiro, en cada paso, en cada afecto.