Tal y como anticipamos, el Ensemble Casa Mediterráneo realizó su Concierto Extraordinario de Navidad los pasados días 19 y 20 de diciembre. Tras la celebración del evento hemos tenido el privilegio de hablar con Ignacio García Vidal, director artístico y titular del conjunto instrumental, que ha guiado con su batuta a orquestas de la talla de la Orquesta Sinfónica de RTVE, la Orquesta Ciudad de Granada o la Orquesta de la Comunidad de Madrid, entre otras.
Pregunta: Tu formación y tu abultada carrera como director te han llevado por España entera y medio mundo. ¿Qué te trajo hasta Alicante y, más concretamente, hasta el Ensemble Casa Mediterráneo?
Ignacio: Yo nací en la provincia de Alicante, en Cocentaina, y a pesar de que no vivo aquí desde 1998 mantengo un íntimo vínculo con mi tierra. El hecho de ser el director artístico y titular del Ensemble Casa Mediterráneo desde su creación en 2014 responde a una vocación personal por hacer música desde espacios y formatos originales, y por acercar la música clásica a todos los públicos. Tanto yo como los músicos del Ensemble estamos muy cómodos en Casa Mediterráneo, un lugar que nos permite hacer música sin estar sometidos a los parámetros tradicionales.
P: ¿Cuál es la diferencia (si es que la hay) entre dirigir una Orquesta Sinfónica y un conjunto instrumental más reducido como es el caso del Ensemble?
I: Yo disfruto mucho haciendo música con orquestas de cámara. Tanto como cuando dirijo el gran sinfonismo. Me estimula el nivel de destilación y pureza que exigen las formaciones camerísticas para la dirección musical. La música está despojada de superficialidad y exhibicionismo. Dirigir al Ensemble Casa Mediterráneo exige un nivel de perfección altísimo, porque ningún error pasaría desapercibido.
P: El concierto del pasado día 20 tuvo un tinte solidario (colaboración con FESBAL) y estuvo marcado (como todos los actos de esta nueva normalidad) por las restricciones de aforo. ¿Cuáles son tus sensaciones tras su celebración?
I: En los conciertos que estoy dirigiendo en los últimos meses, todos bajo los parámetros impuestos por los protocolos de la era pandémica, se perciben dos cosas: alegría y gratitud. Tanto los músicos como el público hacemos y recibimos la música con un nivel enorme de disfrute, porque en estos tiempos hemos comprobado cuán vacía puede llegar a ser una vida sin música. Los aplausos del público alicantino en los conciertos del 19 y 20 de diciembre en Casa Mediterráneo nos llegaron como un mensaje de gratitud y cariño. Gratitud que iba más allá del puntual concierto. Gratitud por el hecho de dedicarnos a la música. Y eso fue muy emocionante. Reconforta saber que hay personas que son cómplices de tu vocación.
P: El repertorio incorporó obras de los hermanos Strauss, de Manfredini, F.Xaver Gruber y Beethoven, en el 250 aniversario del nacimiento de este último. ¿Qué repertorio interpretará el Ensemble Casa Mediterráneo dentro de otros 250 años?
I: Me parece una pregunta interesantísima. Es imposible intuir cuál va a ser la evolución de los estilos musicales y de la estética musical en los dos próximos siglos. Pero, francamente, me parece más interesante aún reflexionar acerca de cuál va a ser el papel que van a jugar la música y las artes en general en la construcción del mundo en los próximos tiempos. Creo fervientemente que una sociedad que no incluya en su desarrollo más esencial al arte y la cultura generará un mundo condenado a su autodestrucción.
P: ¿Qué pensaría Ludwig si despertase mañana y sintonizase la radio? Y tú, ¿qué opinas de la música actual (tanto música popular como clásica) y su evolución?
I: Beethoven sufrió mucho con las interpretaciones de sus obras porque las orquestas de su tiempo no tenían el nivel técnico para interpretar sus partituras. Estoy seguro de que Beethoven sería muy feliz escuchando sus sinfonías interpretadas por algunas de las orquestas de nuestro tiempo. A nivel personal, creo que seguiría siendo un rebelde y que seguiría siendo un revolucionario. Independiente y alejado de toda mediocridad. Por eso es muy probable que no contase con ninguna subvención pública, probablemente no tendría un agente y quizás su música no sería demasiado programada, ya que él no estaría dispuesto a transitar los cauces del politiqueo y el servilismo. Beethoven seguiría siendo Beethoven.
Mi opinión acerca del panorama musical actual es expectante. Intuyo que estamos en una época de transición, que se está haciendo larga, y en la que interesa mucho más el producto y el negocio de la música que la Música en sí. Este tiempo pasará, y mi expectación surge cuando me planteo qué quedará de la esencia de la Música entonces.
P: ¿Cómo está afectando la pandemia de la COVID-19 al mundo de la música clásica? ¿Cómo te ha afectado a ti personalmente?
I: A nivel laboral a todos nos ha afectado por la suspensión y cancelación de conciertos. Dedicarse a la música clásica profesionalmente es tan difícil en cualquier momento histórico que uno está acostumbrado al sufrimiento y la incertidumbre. Un artista profesional es, por definición, un superviviente. Yo he aprovechado estos meses para reprogramar conciertos, estudiar, y escribir un libro: “Cartas a un joven director de orquesta”, que se acaba de editar en Buenos Aires y pronto llegará a España.
P: Acabamos con unas preguntas cortas. ¿Un compositor?
I: Beethoven.
P: ¿Una obra?
I: Imposible acotar.
P: ¿Un grupo de música?
I: Los Secretos.
P: ¿Una canción?
I: ‘Aunque tú no lo sepas’.
P: ¿Un sueño?
I: Poder seguir soñando.
P: Y, por último, ¿un mensaje para los lectores de Música Zero?
I: Mis mejores deseos de salud para todos y todas. Y feliz 2022. Porque 2021 aún no lo va a ser.