Era sábado. Estaba emocionada por ver a Guitarricadelafuente, y con razón. Era mi primer concierto del 2020.
Después de pasar los protocolos de seguridad, ya era una realidad. Estaba allí, en el espacio Noches Mediterráneas, viendo cómo la luna cubría con su inmensa luz el muelle de Levante. Nos ubicamos y esperamos no más de 15 minutos. Entonces, en lo alto del escenario, aparece Alvaro Lafuente quien, con solo 23 años, nos hizo vibrar de emoción durante toda la actuación con su repertorio.
Por culpa de la Covid-19 debíamos permanecer en sentados en nuestro sitio y con la mascarilla todo el tiempo. Sin embargo, esto no impidió que se escuchara al público cantar a la par con él canción tras canción.
Debo ser honesta, esa noche me enamoré de su música y de su voz. Esa mezcla de sonidos y géneros indie, rumba, folk, flamenco… hace que el deleite musical sea completo y nos lleve a un mundo de trance total.
La canción más coreada fue ‘Nana Triste‘, canción que interpreta junto a Natalia Lancuza (ex participante OT y quien también se subió, una semana después, al escenario de Noches Mediterráneas). En esta ocasión, los coros interpretados por el público ayudaron a que la canción sonara igual de bien, a pesar de que Natalia no le acompañara.
Para despedir el concierto, Guitarricadelafuente nos tocó ‘Guantanamera‘, su canción en solitario con más reproducciones hasta la fecha, y que al final nos levantamos de la silla y, en nuestro propio metro cuadrado, pudimos mover un poco las caderas.
Gran artista, músico y compositor, un sabor bastante agradable y con ganas de volver a escucharlo en vivo.