Comienza el segundo día del FIB. Siendo la primera mañana tras un día de festival, el sol abrasador obliga a todo el mundo a buscar cualquier alternativa a morir bajo el sol. Afortunadamente, las playas de Benicàssim parecen el mejor plan. Desde el festival, cuatro líneas de autobuses permitían a los campistas viajar sin dificultades hasta el centro de la ciudad, a la comisaria, al Villacamp o a las playas. Siendo el último el más usado y abarrotado, era frecuente ver una gran multitud con colchonetas hinchables y sombrillas dirigiéndose a la playa, o volver del pueblo con bolsas llenas de comida para el camping.
Llegada la tarde, después de descansar y haber recargado energías, las expectativas vuelven a alzarse, con ansías del cartelazo del viernes. Artistas de gran renombre tomarían esa tarde el escenario.
Ya desde la mañana había cola, con gente expectante para poder pillar sitio en primera fila para grupos como The 1975 o la reconocida Lana del Rey, en el escenario principal Las Palmas – Radio 3, que abriría por primera vez aquel día. Las encargadas de estrenar el escenario serían The Big Moon. Un grupo de cuatro chicas que desde Londres nos sorprenderían con su potente ritmo punk-pop e ímpetu. Desgraciadamente y debido a las horas el público tan solo ocupaba las primeras filas.
Y del punk nos alejamos a un estilo difícil de definir, todo un proyecto musical con Superorganism. Un mosaico de nacionalidades y de estilos, su excéntrica entrada ya permitía ver el camino que tomaría el concierto. Con un escenario abarrotado por los 7 miembros del grupo, se desenvolvieron con unas proyecciones visuales psicodélicas y retro, dando un espectáculo que disfrutarían tanto sus seguidores como los que nunca había oído hablar de ellos.
Cambiando al Escenario Carrefour, Yellow Days ofreció un concierto íntimo y relajado, exactamente como su música. Con su característica voz rasgada y unos agudos que erizaban la piel, el directo de la banda fue insuperable. De manera paralela y muy similar, Gus Dapperton hizo suyo el escenario de Thunder Bitch.
Desde España Monterrosa, La M.O.D.A. o los gallegos Bifannah actuarían con un número menor de asistentes, debido a la mayoría extranjera del festival, que preferían artistas internacionales. Igualmente, directos como los de La M.O.D.A. son indispensables, y consiguieron contar con un número alto de acompañantes que participaron enérgicamente, como la extensa banda incita en cada uno de sus conciertos.
Volviendo al escenario de Las Palmas, los grandes titanes de la noche encandilarían a todo el público del FIB.
En primer lugar tocó la conocida banda The 1975. Con toda la pista más que abarrotada, la gente gritaba impaciente a que la formación británica comenzase. Con su habitual rectángulo de luces, su directo fue sobresaliente, como prometía. Solos de guitarra, bailarinas, grabaciones proyectadas con las letras de las canciones, y un expresivo cantante se combinaban perfectamente, sin olvidar al público, que lo daba todo bajo el escenario.
Tras un concierto de tal calibre, la expectación no hizo más que aumentar esperando a la melancólica reina del indie. La multitud aumentó incluso más, alcanzando el punto de mayor gentío en todo el festival. La escenografía mostraba una estampa veraniega con palmeras, tumbonas y columpios. Cuando por fin apareció en el escenario Lana del Rey, la pista entera estalló en gritos de emoción. Comenzando con «Born To Die», Lana del Rey repasó gran parte de su discografía con las míticas canciones como National Anthem, Summertime Sadness o Videogames, sin olvidar sus últimas canciones.
Estos conciertos inolvidables dejaron el listón del viernes muy alto. En el resto de escenarios se continuó hasta las 5:30 con DJs como Totally Enormous Extinct Dinosaurs, Ochoymedio DJs o el show en directo de Gorgon City, que fue inigualable.
Sin duda una propuesta perfecta para acabar la noche bailando después de la tanda de conciertazos de la jornada.