No cabe ninguna duda de que la industria musical en catalán goza de una perfecta salud. Ni la desaparición de sus dos grandes símbolos contemporáneos, los Obrint Pas ni los La Gossa Sorda, ni la compleja situación política han sido suficientes para hacer tambalear lo más mínimo una de las industrias musicales alternativas más activas de España. Si bien presenta algunos retos y está experimentado un viraje musical, la escena musical en catalán continúa proponiendo proyectos la mar de interesantes, y tanto los consumidores como la crítica no son ajenos a esto.
El 28 de febrero se celebraron los premios Enderrock, que desde 1993 reconocen el trabajo de los muchos grupos que forman esta industria y que, aunque no copen las portadas de los principales diarios musicales españoles, representan una industria potente capaz de traspasar fronteras. Cambiando el formato, pero no la esencia, veintiún años de reconocimiento musical cristalizaron hace unos días en los dieciséis premios reconocidos por el público, los diez otorgados por la crítica y los cuatro premios especiales en los que aquí destacaremos los más relevantes.
Comenzaremos la crónica por los grandes ganadores de esta gala: Rosalía, Els Catarres y Joan Dausà se llevaron cada uno a su casa un doblete. El fenómeno de flamenco-pop fusión de Rosalía, que explotó en 2018 con la publicación de su primer volumen El mal querer se llevó el premio de la crítica por mejor disco en lengua no catalana, y no lo dudamos: dejando de lado los debates que ha generado, es innegable la gran acogida que ha presentado este trabajo, alejándose del flamenco más cáustico y esencial de su LP Los Ángeles, que aparte de su single Catalina, con moderado éxito, pasó sin pena ni gloria bajo el radar. De postre, se lleva el premio del público a Mejor artista en lengua no catalana, todo un honor teniendo en cuenta que, quizá, no podría parecer que el público catalán tuviera inclinación por el flamenco…
La segunda sorpresa —o no— fue la de Els Catarres. Saltando a la fama en 2011, en plena euforia ska-pop, ofrecían un refrescante pop que tanto nos gusta por aquí. Contraponiéndose al sonido más folk de los Manel y Blaumut y acercándose a la propuesta de Els Amics de les Arts, grupo entonces ya consolidado, surgieron como una alternativa sonora a lo que ofrecía el panorama musical catalán de guitarras saltimbanquis y viento-metales, y desde 2012 van encadenando un amplio palmarés. Acercándose a audiencias más familiarizadas con la música española y americana, lo han convertido en todo un éxito en ventas y de conciertos. Se llevan dos de los grandes: Mejor disco de pop-rock por votación popular y Mejor artista por votación popular.
Por último, el cantautor de Sant Feliu Joan Dausà ha visto por fin reconocida su labor. Tras una silencioso inicio con su grupo Joan Dausà i els Tipus d’Interés, ha tenido que esperar el reconocimiento al comienzo de su carrera en solitario como cantautor, ganando el premio por votación popular al mejor disco por Ara som gegants y el premio grande: el premio de la crítica a mejor artista de 2018. Todo esto, cabe decir, marcado por el fracaso del trabajo de Roger Mas, uno de los cantautores catalanes más consolidados, Parnàs, que no ha obtenido especial relevancia después del éxito de su Irredempt; y por la escasez de propuestas novedosas en este campo, en un año en el que el pop-rock y el folk han copado las nuevas propuestas musicales en catalán.
El premio a la mejor canción pop-rock se lo llevaron Buhos y su Volcans, una canción pegajosa, de estas que de tan dulces que son empalagan. Si bien es cierto que tal como está el mapa musical eso es una fórmula ganadora, forma parte de la misma ñoñería omnipresente que podemos encontrar en gente como Marwan. A mi juicio, un agravio a Ferran Palau, que ha sacado disco este 2018, que ofrecía un sonido nuevo y que no ha sido reconocido con ningún premio.
Txarango se lleva el premio por votación popular al mejor directo, merecidísimo a una trayectoria de espectacularidad en la que llenan salas y conciertos uno tras de ortos. Si bien su música es una idea caducada hace ya dos veranos, es innegable que los del Ripollès continúan levantando pasiones… bien a favor, o bien en contra, pero pasiones, al fin y al cabo.
El mejor disco de folk según el público le toca a Balkan Paradise Orchestra, un grupo femenino de viento-metal balcánico, un sonido bastante popular últimamente. Después del éxito del serbio Goran Bregovic y la aparición como por esporas de grupos similares, este colectivo versiona canciones populares catalanas, balcánicas y de repertorio de banda mostrando una gran versatilidad estilística, utilizando elementos del rock, el ska y hasta la música electrónica en varias de sus composiciones, con unos directos verdaderamente espectaculares, galardonados con un justo premio. El público también premió a Roba Estesa por la mejor canción de folk a Viu, un grupo también femenino que viene a recoger el relevo en cuanto a sonido y mensaje a los alcoyanos El Diluvi.
El mejor disco de música urbana, elegido por el público, se lo lleva Lildami. El trap catalán todavía está en pañales, pero está dando pasos para saltar al mainstream y buscar un espacio en la escena comercial. Un disco que presenta todavía un fuerte substrato del rap más clásico, pero que según va avanzando adquiere un tono mucho más trapero. El disco presenta un sonido personal, moderno y singular de un movimiento, el de la música urbana, que todavía no ha cuajado en la escena catalana, dejando un gran espacio por explotar y en efervescencia.
La crítica otorgó a los decanos del rock catalán Els Pets el premio al mejor disco de pop rock por su Som, con un sonido mucho más amable que en sus orígenes, el sexteto presenta un trabajo más intimista y adult-oriented rock, con una gran prevalencia de un sonido acústico y lacrimógeno. El dueto que conforma El Petit de Can Eril recibió, además, el premio de la crítica a mejor disco de música de autor, con un sonido indie rock sorprendente que ellos mismos definen como pop metafísic. Una obra muy cohesionada estéticamente pero que ofrece ideas musicalmente muy interesantes.
Por último, pero no por menos importante, no podemos dejar de lado el premio que han recibido nuestros sanvicentinos Els Jóvens. La crítica ha escuchado la propuesta que ha venido a revolucionar el folk indie —poniendo especial énfasis en el folk— y ha premiado consecuentemente la gran obra con la que en 2018 se presentaban al mundo con su disco autotitulado. Una propuesta que viene a fusionar los sonidos más típicos de la música tradicional valenciana con letras y ritmos del indie rock demostrando una combinación ganadora, desde la que aquí aprovechamos para animaros a escuchar, junto al resto de canciones.