Y da comienzo el festival de cuatro días de la mejor música, el Festival Internacional de Benicàssim. Ya antes de la apertura de puertas al recinto del festival, los alrededores rebosaban de vitalidad y actividad. La gente, yendo y viniendo de la playa, de los supermercados y del centro de Benicàssim hasta el camping más próximo, el Campfest, donde no hacían más que prepararse para el primer día de este gran festival. En su mayoría compuesto por un público extranjero, debido al nivel internacional del festival, era común observar banderas de Irlanda, Gales, Escocia e Inglaterra en el camping. Debido a la gran propuesta de artistas internacionales, lo atractivo del clima y la playa, el FIB se alza como destino imbatible para un verano festivalero.
Como es esperable, debido al día y al reducido número de artistas, tan solo se llevarían a cabo los conciertos en uno de los tres escenarios del festival, el Escenario Carrefour. Si cierto es que la cantidad de gente que acudiría el primer día es inferior a lo esperado el resto de días, no podemos evitar afirmar que la calidad de los conciertos no va acompañada de la cantidad.
El día comenzó con la inauguración del Escenario Carrefour por parte de la banda indie española Novio Caballo. Presentando su primer disco por primera vez, demostraron un arsenal de letras originales e irónicas, desprendiendo gran “amor equino”. El grupo finalizó con sus dos conocidas canciones “Jesús es negro” y “Mi arte” por todo lo alto.
Además de este escenario, también estaba activo el South Beach, en el cuál numerosos DJs irían poniendo música para bailar desde la apertura hasta el cierre del recinto. Canciones de grupos invitados al festival, canciones actuales, las canciones más míticas… ninguna se quedaría sin tocar en este set de DJs como Queens in the North, Miqui Brightside o Nando Costa.
En el escenario Carrefour la música continúa, y el turno pasa a los irlandeses FONTAINES D.C., cuya imagen desprendía una lejanía y una dejadez propios del postpunk. Aún así le echaban fuerza a las canciones, culminando con su más que potente “Boys In The Better Land”, coreado por el público, que a medida que avanzaba la tarde iba aumentando.
El siguiente en tomar el escenario fue la increíble Marina, generando un aumento contundente de los asistentes al concierto. Su aparición provocó un griterío digno de una artista como ella, que demuestra gran comodidad y soltura sobre el escenario del festival. Con una escenografía sorprendente y bailarines, sus temas iban acompañados de imágenes y secuencias magnéticas en la pantalla, llegando a crear el momento más emotivo con su canción “To Be Human”.
Aún con la cantera de artistas de las islas británicas, nos sorprende Kodaline con un escenario lleno de rombos y luces. Posiblemente alcanzando el mayor número de espectadores, convierten el enérgico público que había dejdo Marina a un ambiente más tranquilo. Sus canciones más famosas no dejaron de sonar con la suavidad propia del folk, pero aún con un público atento que acompañaba todas sus letras.
La siguiente actuación por parte de Action Bronson pasó con una serie de infortunios y problemas, dejándolo en un concierto sin mucho que destacar. Indudablemente el último en subir al escenario arreglaría el final de un día tan interesante. Fatboy Slim propone un show de lo más intenso y enérgico, proyectando imágenes delirantes e hipnóticas y shows de luces dignos de los mejores DJs. Fatboy Slim no dudó en pinchar algunas de las canciones más reconocidas de la historia como “Bohemian Rhapsody” o “Seven Nation Army”, siempre con su reconocible toque, y sin olvidar sus grandes hits: “Praise You”, “Right Here Right Now” o “Losing It”. De esta manera consiguió animar la fiesta y colocar un broche digno para finalizar el primer día del FIB 2019.
Imágenes obtenidas del Facebook de FIB Benicàssim Festival