La Premonición de Man
Concierto acústico de La Premonición de Man en Arts Bar Freaks
La noche del 9 de marzo surgió de nuevo la magia. La Premonición de Man vuelve a los escenarios, pero esta vez en un concierto exclusivo; un acústico en un bar de Benalúa donde el arte y el interés por el mismo se unen para dar lugar a un rincón cultural. Así que eso fue lo que ocurrió. Las 21:30 se acercaban y la gente iba ocupando su sitio en mesas para disfrutar del concierto mientras toman una copa.
Comienzan de improvisto con La Reina de este Amanecer, una canción suave y enérgica que hace que todos los asistentes prestemos atención en el momento. Dos guitarras, un bajo, una batería artesanal, unos amplis y un par de micros. Una combinación más que suficiente para que la gente los vea como los verdaderos reyes del lugar.
Poco a poco nos iban subiendo con el protagonismo de la batería. La gente lo notaba y cada vez más las miradas estaban atentas a todos los componentes del grupo. Es algo mágico. Cómo la música es capaz de unir a la gente y llegar a mimetizarse, ser el público y el grupo uno. Es mágia.
Pero como es natural, no todo es bueno. Mal de ojo nos enseña que todo lo que han tenido, ahora les ha servido para encontrar el grupo con más estabilidad que nunca. Con esta canción nos llevan al lado más cariñoso y agitado de la noche. Poco a poco nos van metiendo en una zona más introspectiva, haciendo ver que todos tenemos esa parte de boleros y de reencuentro con La bala Astur.
Volvemos al positivismo, acerca a la gente con su sexta canción. Tras una bajada a la introspección tenemos que recordar que seguimos en un concierto exclusivo, con lo que tenemos que volver a animarnos. Las letras de La Premonición nos hacen mirarnos entre todos, uniéndonos de nuevo en uno. ¡Qué maravilloso es sentir el verano tan cerca con ellos!
Ahora conocemos que, tras tantos años de unión del grupo, es la primera vez que hay un componente cuya natalidad corresponde al lugar donde se juntaron para tocar, Alicante. Este grupo está formado por un valenciano, castellano, asturiano y alicantino. A las guitarras tenemos unas manos valencianas y castellanas, mientras que al bajo tenemos las manos y el sentimiento alicantino. Y, para finalizar, a la batería el sentido rítmico con luz propia, el asturiano.
Nos recuerdan que la emoción está muy presente en el grupo, con lo que nos cuentan con Puntas sin rastrojo buscando raíces la historia del grupo hasta ser quienes son. Nos hacen pensar en la parte más filosófica de la noche, tras unos vaivenes de emociones, en nuestras raíces y en nuestra forma de vida.
Los altibajos son su especialidad, con lo que ahora cambiamos de cantante y notamos a un bajo con más presencia en el escenario, una voz robusta y potente que nos envuelve en una vorágine de sentimientos con los que se puede ver alguna cara pensativa. No nos dejó indiferentes a nadie. Pero esto no hace que desconectemos, estamos más enganchados a ellos que nunca en toda la noche. Intocable nos llena de esa vitalidad para hacer las cosas que habíamos dejado apartadas para levantarnos con los aplausos a una canción tan cañera como inspiradora. No podía ser de otra forma, ya que esta era La noche en la que Luke Skywalker perdió la mano. Una canción nueva que fue la parte más cómica y melancólica de la noche. Un cúmulo de emociones.
Y para rematar este concierto tan variopinto con tantos cambios de ritmo, género y sentimientos, llegamos a una cuestión que nos plantean en Salvar esta ciudad. Nosotros, queremos responderla.
La canción habla sobre una mirada a nosotros mismos hacia nuestro interior, la introspección por excelencia. Como somos capaces de pedir ayuda sin pedirlo, la comodidad que supone pedir ayuda, pero sin esforzarse. Una reflexión en la que, como dicen, tampoco quemar todo aquello que no nos sirve es útil. Conocemos nuestros fallos, pero tratamos de ocultarnos pidiendo ayuda y desviando la atención sobre ellos. Aparentamos normalidad mientras lo que queremos decir realmente es: Salvar esta ciudad.
A petición popular, La Premonición de Man nos deleitó con un bis de La noche que Luke Skywalker perdió la mano. Nos quedamos con unas sensaciones de calidez en su acústico exclusivo y una puesta en escena en la que se aprovechaba todo el espacio y material disponible. Una noche mágica que no dejó descontento a nadie.