Es raro pronunciar la palabra festival y que no te venga a la mente recuerdos en buena compañía vibrando con el rock de algún grupo de un cartel pasado. Las que hemos vivido nuestra juventud (o parte de ella) entre conciertos y festivales podemos contar los momentos y anécdotas por nombres de estos y no por fechas. La vida festivalera es así, engancha, y al paso de los años, emociona recordar cada uno de los momentos y anécdotas que hemos vivido en cada camping o recinto bajo las luces de unos días idílicos.
Y no es difícil que en algunos momentos, estos recuerdos se evoquen ante ciertos estímulos. En mi caso ocurrió en el festival FCK CNSRSHP, el 27 de enero de este año recién estrenado. Comprobar que la afluencia de asistentes a este festival había crecido era bastante notable desde el primer momento al que llegábamos al recinto de la plaza de toros de Villena. El ambiente del momento, a pesar del frío y la lluvia, recordó a la ilusión que se palpa a la llegada de cualquier festival esperado.
La jornada comenzó con Los de Marras y, a pesar de que se subían al escenario a las 14:30, el público no faltó su asistencia al recinto para acompañar a este grupo que, como tantas veces, hicieron hincapié en la necesidad de la libertad del Sáhara, como bien manifestaron apoyándose con gestos como la bandera saharaui y la camiseta de Agus.
Josetxu Piperrak hizo vibrar a los asistentes con las míticas canciones de la banda Piperrak, así como El Ultimo Ke Zierre, que continúo la jornada con el público alardeando cada una de sus obras, necesarias en cualquier festival de punk-rock. Además, EUKZ también nos deleitó con algunos temas de su nuevo álbum.
Desakato siguió en su línea, electrificando a toda la gente y quedandonos pasmados ante tanta vitalidad y, posteriormente, los Narco siguieron en esa línea eléctrica con un subidón de energía propio de sus directos. El cansancio de tantas horas de pie no se notó en Segis, pues el público seguía activo y con mucha fuerza para cantar junto a esta gran banda.
Reincidentes, sustituyendo a Boikot, hacía gozar al público con sus canciones más representativas y otras más recientes. Reincidentes también manifestó la necesidad del respeto, igualdad y tolerancia ante cualquier persona.
El penúltimo grupo, Lendakaris Muertos, fue un show digno de esta banda. Con sus canciones cortas pero intensas, la gente saltaba y disfrutaba de este peculiar estilo. La gente participó cantando «Urrusolo Sistiaga” con Aitor dando brincos de un lado a otro mientras pasaba el micrófono a su público.
Por último, Maniática cerraba esta jornada en su localidad, manteniendo su público fijo y aquellos otros que quisieron quedarse con un buen sabor de boca de la revuelta vitamínica de esta gran y forjada banda.
El tiempo no es impedimento para quienes viven esta vida de festival en festival, quienes construyen ilusiones en grupos de whatsapp con una foto principal cambiante de carteles de conciertos y quienes son capaces de soportar el frío de Villena, con lluvia incluida, por disfrutar una vez más de las bandas que suman anécdotas en nuestra experiencia. Por poner algún pero, quizá si se echó en falta el calor en el FCK CNSRSHP, pero no aquel producido por el Sol, sino el que se siente al preparar tu tienda de campaña y mochila para volver a disfrutar del punk, rock y sus diversas fusiones en varias jornadas, con el calor del sol, como aquellos tiempos sufriendo y gozando; yo con mi camiseta del Aupa, tú con la de Fuck Censorship.
¿Veremos un nuevo FCK CNSRSHP más prolongado? En 2019 lo comprobaremos. Mientras tanto, seguiremos viviendo bajo las luces de los festivales.
La vida festivalera, la vida mejor.