Como siempre, la sala MareaRock nos abrió sus puertas para entrar al Youth Attack el último viernes de enero. Una iniciativa patrocinada por Alicante Brutal Sound que lleva como objetivo el publicitar y dar a conocer bandas locales. Iniciativa que, como ya os podéis imaginar por el espíritu de esta misma revista, nos encantó desde el primer momento. Así que con toda nuestra ilusión nos dirigimos a esta noche de metal dedicada al talento joven que superaría todas nuestras expectativas.
Comenzamos con los On My Own, cuatro jóvenes alicantinos todos (ninguno pasaría de los 21 añitos). Sin embargo, pese a lo joven de la plantilla, llevan ya más de dos años como grupo y un buennúmero de conciertos a sus espaldas. Y desde luego saben cómo dar caña. Tuvieron al público motivado desde el primer momento, que al segundo tema ya era una maraña de golpes y codazos, con su metal alternativo, gutural y profundo. En conjunto, el grupo tiene un sonido muy equilibrado, nos gustó especialmente cómo usaban los efectos de la guitarra y la forma de combinar los solos e integrarlos con
la melodía. Pero el momento en el que yo me quedé a cuadros fue cuando el bajista se lució haciendo tapping en el mástil como si fuese la cosa más sencilla del mundo. Con una técnica espectacular y un talento que se le sale por las orejas, hizo de la línea de bajo no una base secundaria, sino una melodía de primera. Soy fan. Me fascinó también la conexión que tenían con el público, al que se integraban incluso metiéndose a los pogos, sobre todo un ya descamisado cantante. Acabaron su concierto con una versión del Beatiful people de Marilyn Manson como brochecito de oro a un muy buen directo. Y estamos de suerte, porque estos jovencillos buscan sacar un disco pronto, quizás para verano. Da gusto ver que los grupos jóvenes como este tienen proyectos de futuro. ¡Suerte chicos!
Llega el turno de los Bostok, otro grupo local con ganas de tirar el techo abajo. Quizá estos cinco jovencillos tengan más pinta de hipsters que de metaleros, pero ¿quiénes somos nosotros parajuzgar? Hace tiempo que sabemos que el talento se esconde detrás de cualquier look, y así nos lo demostraron los Bostok con su metal alternativo. Comenzaron con una sorprendente (en el sentido de queyo personalmente no me la esperaba para nada) versión del “Before I forget” de los clásicosSlipknot que nos puso a saltar a todos. Ya calentitos y sin dejar de chocar unos contra otros, el concierto siguió avanzando entre wall of death y wall of death. Y es que la agresividad fluía por los altavoces con cada tema, y con el cantante gritando un “¡Sois la hostia!” con cada cambio que a mí se me quedó grabado (hasta con cariño lo recuerdo). Tocaron varios temas de su reciente disco Land of fire, como “Damnation”, “To the death” o la homónima “Land of fire”, en un concierto lleno de riffs asesinos, dobles pedales de batería y un sintetizador con resonancias de industrial que me sorprendieron. Y es que este grupo no tiene miedo a mezclar estilos para conseguir una mezcla ecléctica, orgánica y gutural que no se instala en un solo género. Terminaron su espectáculo con una versión, igualmente de sorprendente y que nos llevó a todos arriba, del “Let the bodies hit the floor” de los Drowning pool para dejar el listón bien alto.
Y ya con el cuello algo dolorido de tanto headbanging, cierran la noche los rockeros Malson. Con un estilo menos gutural, pero no menos cañero, los levantinos se dejaron la piel en el escenario tocando los temas de su disco Vigilia, que han ido rodando por muchas salas. En este, que fue su primer concierto del año (urte berri on!), pudimos disfrutar de su directazo, lleno de actitud y talento. Disfruté especialmente de la combinación de los dos cantantes, cada uno con su estilo (más melódico uno y más gutural el otro), que en conjunto empastan tan bien que en ocasiones parecían una sola voz. Sus letras, de crítica social la mayoría, variaban del español al castellano con fluidez. Los Malson, al igual que el anterior grupo, tampoco tienen miedo a mezclar estilos para encontrar el suyo propio, tan dispares como el punk, el rock hardcore o incluso el rap, dejándose llevar por sus influencias. No seremos ni los primeros ni los últimos que comparen el sonido de este grupo con el de los ya tan conocidos Desakato, un hecho que ellos admiten con orgullo. Fue para nosotros una agradable (y divertida, por una anécdota personal demasiado estúpida para contarla por aquí) sorpresa, escuchar su versión de “Búfalo”, de Senador. Destacamos y aplaudimos la fortaleza y en fin, las narices (ayyy la autocensura…) del guitarrista, que salió a tocar ni más ni menos que con una costilla fracturada. Señoras y señores, eso es rock.
Como siempre, podéis ver las demás fotos del concierto en la galería haciendo clic aquí.
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